PARA QUE TUS HIJOS VIVAN LOS VALORES
Venimos de Dios, que nos creó por amor; quien ama a Dios sobre todas las cosas se ama a sí mismo, ama a su prójimo, lo respeta y es solidario.
Los primeros educadores somos los padres, quienes debemos dar testimonio de familia y de vida, educando con el ejemplo; con un espíritu donde se busque la verdad, la sinceridad y el perdón; el agradecimiento a Dios y a los padres por la vida y todo los dones que se nos han otorgado sin merecerlos.
Es primordial tener un espíritu y honestidad, buscando el bien común; sin corrupción actuando de acuerdo a la voluntad de Dios y de nuestra conciencia.
Actualmente los jóvenes tienen la mala influencia de los medios de comunicación donde se presentan antivalores, que los observan como si fueran situaciones muy naturales y normales. Por lo cual es conveniente orientar a los hijos respecto a la fidelidad relacionada con la fe en Dios, en el matrimonio, noviazgo, en la escuela, en el trabajo y con la patria. El amor es para toda la vida. Velar por que los hijos sean fieles y entablen verdaderas amistades, educar a la familia a ser justa y generosa, dando a cada quien lo que le pertenece.
Ser tolerantes y pacientes en la confianza a Dios que es la esperanza y la virtud.
La bondad verdadera se vive no se aprende, te sientes más satisfecho de buscar el bienestar de los demás que el propio.
La honradez como valor nos hace reflexionar de manera personal que todo lo material que adquirimos sea fruto de un trabajo honesto y no quitar al otro lo que le pertenece, no apoyar el enriquecimiento ilícito.
REFLEXIÓN:
Para que tus hijos vivan los valores espirituales, hay que educarlos en el amor a Dios y al prójimo, unidos en la oración, sencillez, humildad de corazón y con un gran espíritu de servicio; sin materialismos, dar solo lo necesario, no lujos.
Educa a tus hijos como pobre para que en un futuro sepan administrar lo que Dios les dé incluyendo el amor a la naturaleza.