San Gerardo
Protector especial
de las mujeres embarazadas y de los niños.
Debido a los milagros que Dios ha obrado por intercesión de Gerardo en favor de las madres, las mamás de Italia pusieron gran empeño en que se nombrara a San Gerardo su patrón. En el proceso de su beatificación se asegura que Gerardo era conocido como "el santo de los partos felices".
Millares de madres han podido experimentar el poder de San Gerardo a través de la "Cofradía de San Gerardo". Muchos hospitales dedican su departamento de maternidad al santo y distribuyen entre sus pacientes medallas e imágenes de san Gerardo con su correspondiente oración. A millares de niños se les ha impuesto el nombre de Gerardo por padres convencidos de que, gracias a la intercesión del santo, sus hijos han nacido bien. Hasta a las niñas se les impone su nombre, por lo que es interesante constatar cómo el nombre de "Gerardo" se ha transformado en Gerarda, Geralina, Gerardina, Geriana y Gerardita. O también por su apellido Mayela, cuántas Mayelitas se bautizan con este nombre en muchas partes del mundo.
El Papa Juan Pablo II y San Gerardo:
Nuestro querido Papa Juan Pablo II, en año 2004, con motivo de los 100 años de la canonización de San Gerardo y 250 años de su muerte nos dijo lo siguiente:
“San Gerardo Mayela es uno de los pequeños, en los que Dios ha hecho brillar la fuerza de su misericordia. Entró muy joven en el instituto misionero redentorista, con la firme voluntad de "ser santo". El "sí" gozoso y confiado a la voluntad divina, sostenido por una oración constante y por un notable espíritu penitencial, se traducía en él en una caridad atenta a las necesidades espirituales y materiales del prójimo, sobre todo de los más pobres. Gerardo, a pesar de no haber realizado estudios particulares, había penetrado en el misterio del reino de los cielos y lo irradiaba con sencillez a los que se acercaban a él. Sentía con fuerza la urgencia de la conversión de los pecadores, y por esta causa trabajaba incansablemente; del mismo modo, sabía sostener y animar a los llamados a la vida religiosa.
La fama de su santidad y la confianza en su intercesión siguieron creciendo después de su muerte. Su tumba sigue siendo hoy meta de numerosas peregrinaciones de Italia y de muchos países de todos los continentes. Numerosos fieles recurren confiados a él en las situaciones más difíciles.
Él rezaba así: "¡Oh Dios mío, si pudiera convertir a tantos pecadores cuantos son los granos de la arena del mar y de la tierra, las frondas de los árboles, las hojas de los campos, los átomos del aire, las estrellas del cielo, los rayos del sol y de la luna, todas las criaturas de la tierra!"
San Gerardo no ahorraba energías, oraciones y penitencias por los pecadores. Su amor no le permitía permanecer indiferente ante sus opciones y su condición; sobre todo, se preocupaba de que todos se acercaran de manera fructuosa al sacramento de la reconciliación.
Aunque se preocupaba de que los pecadores recuperaran la vida espiritual mediante la conversión y el sacramento de la penitencia, san Gerardo Mayela prestaba atención particular también a la vida naciente y a las mujeres embarazadas, sobre todo a las que atravesaban dificultades físicas y espirituales. Por eso también hoy se lo invoca como protector especial de las mujeres embarazadas. Este rasgo típico de su caridad constituye para los fieles un estímulo a amar, defender y servir siempre a la vida humana.”
Celebremos con alegría y entusiasmo en todo el mundo la novena de San Gerardo que inicia el día 7 de octubre, y su fiesta el día 16. Acudamos en familia a sus santuarios, templos, capillas y altares; llevemos a nuestros niños y niñas, a todas las mamás y, particularmente a las mamás gestantes.
San Gerardo María Mayela:
Proteje a todas las mamás y a los niños y niñas del mundo.